Verónica: mariposas envenenadas de dicha

Tic tac tac tash tum respira tic tac tac tash tum respira. LLuvia. Paso cansado, furibundo ataque de las gotas de lluvia. Verónica se agarra el pecho debajo de la lluvia y ve la ciudad tan sucia, la ciudad gris de abrigos y paraguas. -he de morir un poco, que yo he de morir un poco- piensa mientras la sordidez de la calle la llena de bocinas y de estrépitos de carros. Al frente está él mirándola bajo el paraguas y ella le estira una de sus manos -ven, ven, ven- grita con los ojos miel la Verónica total. Él permanece sin ninguna expresión en su rostro, él habla con el silencio, ella sabe el lenguaje de la angustia. Por entre la avenida, Verónica esquiva autos, no baja la mirada, confía en su oido. Tic tac tac tash tum respira tic tac tac tash tum no lo dejes ir, piensa ella. Agonía.. Verónica cae frente a él, no la recibe, solo cae de rodillas, el asfalto duro y mojado, medias de seda rotas, boca abierta, ojos diluviantes, lluvia dulce, agua salada del mar de las angustias....