Pam: Esta nena es severa boleta


Pam se quedó mirando por la ventana  fijamente, esperando quizás que el man no tirara la puerta, sino que la abrazara por la espalda. Contó hasta 158 y se dio la vuelta y lo vio ahí consintiendo a la vieja Luna y entonces se le tiró a los brazos y el man le dijo -parce ya no la quiero-.  Pam contó otra vez hasta ciento cincuenta y ocho y bajó las escaleras, ahí en el parquesito está el combo de Pedro y de Mauricio, escuchando los piojos. 

Pam piensa por un momento si debe pedirle cigarros a Mauro y cómo hacerlo si nunca lo saluda, hace el amague de ir a dar una vuelta por el conjunto, se devuelve, se estira afffff -ey- Mauro se voltea y la mira -ey veci- parce ¿tiene un cigarro? dice la Pam, es que todo está cerrado en este barrio, en mi anterior barrio siempre todo estaba abierto-  Mauro se queda mirando a Pam, despeinada, 26 años y con los ojos hinchados de llorar. -¿qué le pasa Pam?- Pam enciende el cigarro lento mientras siguen sonando los acordes del rocksito argentino. -terminé con mi novio- Mauro se queda mirándola -¿y entonces, se parcha del barrio? Pam se quita el pelo de la cara, se lo pone hacia un lado - no que va- le dice - este barrio es bien, el otro es demasiado rock and roll y yo ya estoy agobiada y vieja para andar de un lado a otro. 

Pam pero si usted no está vieja ríe Mauro, venga le presento al combo - ey parces les presento la nueva contratación, la nueva adquisición, se llama Pam y está terminando la Uni- Pam rie con cara de perro, sonrisa vacía, ganas de matarse, necesidad de imaginar un ak - 47 y acabar con el barrio y el perro de cerámica que lleva flores en su espalda y que está ubicado a las y 45 en el parque. Pedro se acerca y le pregunta -Pam y usted de qué equipo es- Pam ruega al cielo que también sean de Los Millonarios, sino, el aguardiente que promete curar las penas de la noche, se acabará en cinco, cuatro, tres.... - soy del ballet azul guevón- dice violenta, todos aprueban la nueva contratación que según ella misma prefiere jugar de defensa. 

Recapitulemos. A Pam la dejó el novio, está perdida en la isla de la noche, buscando como siempre un programa de adopción temporal a niñas rechazadas por parte de manes que no sobrepasen los 29 años. Y para colmo de males y como Pam tiene tan buena suerte, ahí están los 6 chicos esperando que algo nuevo pase en el barrio. Pero cuidado, no está bueno salir a la calle con el corazón roto, porque: o uno se pierde en la locura de la noche o termina siendo severa boleta. Lo que está pasando con Pam Ahora es el show total de la loba herida, el aullido interminable de la exnovia con el ego maltratado, la revolución de tripas y vísceras sobre - valoradas: corazón, hígado, cerebro se retuercen como los acordes de whisky in the yard que suenan en el transistor de Mauro. Conclusión, Pam es un desierto desolado, lleno de pétalos negros, de auroras detenidas, de olor a gladiolo de cementerio.

Por alguna razón la lógica del duelo exige hablar porquerías del ex y por alguna razón Pam lo único que quiere es que le pongan una cancioncita de Sargent García, el problema es cuando los chicos comienzan a hablar mal del man y Pam llena de odio saca el machete verbal de la justiciera -parce, del man no hable que usted no conoce, siga hablando así y verá que...- mirada de ira la de Pam, mejillas rojas en extremo, temblor de barbilla, manos empuñadas, fosas nasales abiertas, pupilas dilatadas... los manes se ríen, La Pam se derrumba, un aguardiente, dos, tres, ciento cincuenta y ocho ¡quiero escuchar Metallica! fastidio, mala onda, quiero mi cama dice Pam.

Todas las Pams tienen un límite, la frontera entre el arrastrarse y el irse, ese punto de hastío, de intenso dolor y aburrimiento, esa epifanía en medio del aguardiente y su asqueroso sabor a anís -más se perdió en la guerra- grita Pam. El man se asoma por la ventana y abre una cerveza, ve a Pam desde las alturas como una hormiguita en medio de un montón de machos... la poderosa Pam está vencida por los desamores, ya perdió todas las batallas, se permite entregar el tesoro, devolver las tierras, que se lleven sus dragones y animales mágicos, es tiempo del abandono. El man desde arriba como un Zeus, un yaveh castigador,  sonríe con sarcasmo,  mientras ve entrar a Pam a gatas, dice con su voz de hombre de montaña - esta nena es severa boleta-

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