Pare de sufrir: las señoritas cheerleader


No se cómo fue que nos responsabilizaron de ser el soporte afectivo de los manes y demás miembros de la sociedad, ocurrió  en determinado momento, cuando nos dijeron "y serás la cheerleader for ever and ever, mamasita" y ya. Después de eso, el dispositivo insertado en el cerebro de nosotras, se activa cada vez que uno ve esa carita con puchero, esa mano en la frente, esos ojos de ternero, esa fragilidad masculina que grita ¡poderes de la cheerleader actívense! y por supuesto corremos con las manos de algodón a atender al pobre pollito mojado.  Sí, por esa razón a la cultura con sus perlas inequitativas le dio por decir "detrás de un gran hombre, existe una gran mujer". Pero como dijo la pera... siempre hay un pero.

Las cheerleader son de muchos tipos, pero sostienen la economía de las naciones, las oscuridades,  los momentos densos de los genios y los estados de ansiedad de los políticos. La cosa es mucho más cotidiana, una cheerleader está en el mundo para contener a su compañero y al mundo entero, entre los diversos tipos encontramos. 

a. Tipo ideal de Cheerleader: Amparo Ochoa, cantautora maravillosa, lo describió mejor que cualquiera, en su canción " se va la vida" es la historia de una mujer que hace de todo durante el día y aún le quedan energías para esperar al chico, escuchar la tragedia laboral de su día a día y brindarse un momento de placer en la noche. Ella es capaz de fregar, dar medicinas, limpiar y además dar un buen blowjob. 

b. La poderosa: es una mujer moderna que además de todo lo que hace la anterior (fregar, cocinar, ir al mercado, cuidar los nenes) también va al trabajo. Ella ha logrado ascender en el último año, estudia inglés, se ve con sus amigas y lleva la mayoría del dinero a la casa... él, lo que sucede es que ha emprendido muchos negocios porque "es muy creativo", negocios que ella financia, pero desafortunadamente, ninguno le gusta, todos son faltos de "un algo" que espera encontrar en la próxima idea fuerza. Ella siempre dice "el tipo es un genio". Ok, sigue invirtiendo en él,  poderosa...

c. La especialista: la cosa es que ambos están en la misma area laboral, pero a decir verdad, ella es demasiado buena. De vez en cuando a él se le sale una perla competitiva, pero claro, todo suena tan sútil y tan divertido que no deja de ser un chistesito que provoca sonrisas de perro. En cualquier caso, en épocas de entregas, ella lo sacrifica todo por ayudarle a terminar sus trabajos. La especialista puede convertirse en un segundo en diseñadora de power points y prezis; correctora de estilo; asesora de tesis; alimentadora; niña de los cafés; dibujante; asistente de maquetas; camarógrafa o lo que aplique. A las cinco de la mañana ella dirá "lo logramos" mientras él duerme en el sofá y le entra un rayito de sol "que dulce se ve" dice la especialista.

 d. La terapeuta y rehabilitadora: tenemos aquí a un chico sumido en la peor de las oscuridades cada cierto tiempo. "soy un imbécil" "no sirvo para nada" "debería morirme" "soy tan chico" son algunas de las sentencias de nuestros portadores de fangos emocionales. La terapeuta lo acogerá en sus brazos y soltará toda la alaraca de frases pro - autoconcepto que ha aprendido en las tardes en que lee en internet cuando está aburrida de la vida, puede ser que también sea profesional en psicología o alguna ciencia humana. Ella como dice la canción brasilera es aquella que llega a cuidar a su negro, que llegó borracho de la bohemía, le quita la camisa vomitada y siempre en el café con las amigas refiere -es que su padre era tan autoritario- si claro, dra corazón, lo vas a cambiar.... en el 2050 quizás. 

c. La feminista silvestre: una mujer muy empoderada, lo más probable es que uno la escuche decir "a no a mi no me vienen a joder" o frases similares. Para ella hay que exigir, así que con voz de tormenta tropical le va diciendo -cambia de trabajo, ese no te sirve- o -manda a la porra a ese jefe de una vez por todas- ella no se da cuenta que sigue siendo una cheerleader en estilo empowerment. Tienen listas de tareas en casa para el chico y no paran de decir cuán feminista se ha vuelto gracias a la epifánica experiencia de estar con ella. Sin embargo, la casa no funciona sin su mandato y además él sigue ganando más. ok, las mujeres mandan.

 d. La comprensiva: Ella es un caramelo dulce, nunca se le escucha decir una mala palabra, es una chica guapa, tiene un trabajo más o menos promedio y simplemente no le interesa toda esa parranda de verborrea de las mujeres quejicas. Ella es la tranquila y especialista en cheerleaderismos: es excelente a la hora de dar masajes, sabe cuál es su trago preferido, cuántas cucharadas de azucar le pone al café y pone el partido porque él ama el fútbol (esto se puede traducir a lo que sea), recoge a los niños porque él es tan ocupado y siempre está sonriente. Pero él, él no sabe ni cuál es su helado de crepes favorito y sépase que uno en ese restaurante siempre pide lo mismo. ¡tan comprensiva!

c. La incondicional: tu la misma de ayer, la incondicional dice la canción de Luis Miguel.... bue, este tipo de cheerleader puede cruzar toda la ciudad para llevar el trabajo del hijo (que el muy distraido dejó encima de la cama), es aquella super heroina que le saca la cita médica a
su hombre, que va a los partidos de fútbol con la camiseta del equipo y con sanduches para los amigos del marido, que si a la hija le da la gana de comer huevo en sol y no revuelto, cocina a la carta. La diferencia entre la incondicional y la comprensiva, es que todo eso le sabe muy a mierda, pero siempre su madre le dice -aguanta mija, aguanta- si por ella fuera se subiría a un avión de Qatar Airlines para nunca más regresar, pero como dicen por ahí -nació mujer- es decir que esta ama de casa desesperada se sienta en la sala y dice -siempre nos quedara el diasepán con wisky-

Puedo explayarme en más pero aburro. Lo que en estas pobres líneas quiero expresar es mi afán de cambiar las relaciones inequitativas, nadie dijo que uno no puede apoyar a su chico o a sus hijos. Pero en general las mujeres creemos que nuestra misión es cuidar a los otros, esa mujer - social que no tiene necesidades y que es una máquina complaciente que levanta a su familia como una cheerleader. Sin embargo nadie puede cuidar al otro sino piensa en si misma. Un poco más de sano egoismo valdría la pena para entender que no es bueno que detrás de un gran hombre haya una gran mujer o en el sentido contrario y viceversa, la cosa es que una mujer camina con un hombre y juntos hacen mundos más equitativos, placenteros y amorosos.



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