Pare de Sufrir: las señoritas muchas gracias

En esas épocas de oro, yo escuchaba que desde el cura del barrio hasta los políticos que llegaban en temporadas de las elecciones siempre le daban las gracias. ¡Tan agradecidos! luego me di cuenta con el tiempo que las mujeres estábamos en ese correr permanente para todas partes. Cuando estudié en el Colegio de las adoratrices de nuestra señora de la sumisión, me di cuenta que padecía de la misma enfermedad de mi mamá, ahí estaba yo encargándome de las flores de la virgen, de componer la canción para la izada de bandera, de pelear por cualquier nueva tecnología en el consejo estudiantil y de presentar mi programa en la emisora -muchas gracias- decían las monjas ¡tan queridas!.
Con el tiempo me di cuenta que los movimientos sociales eran la misma cosa, el procedimiento era básico, hay una hembra alfa que ha llegado allí con mucho respeto y mucho camino y se ha tenido que aguantar humillaciones, críticas y más palo que rosas. El resto somos las señoritas muchas gracias, indudablemente también existen señoritos muchas gracias, pero son más frecuentes las primeras. Somos una especie de secretarias que con el tiempo hemos venido profesionalizándonos hasta el nivel de doctorado y ya les contaré las estrategias que he visto en algunos para convertir a una poderosa líder en una señorita muchas gracias.
* La estrategia, NO te veo:
Eran los finales de los años 90 y Liz está en una clase cualquiera de digamos, teoría sociológica. El profesor abre la discusión y la petit Liz alza la mano, pero primero habla el niño viejo, el que habla con voz de estudiante de humanidades, el que está en el círculo de estudio marxista y el del partido. Finalmente Liz se da cuenta que ella no es la única que alza la mano pero una a una sus amigas la han bajado por cansancio.
*La estrategia NO te escucho:
Esta tiene dos lindos matices, la del odio y la de la indignación. Comencemos con la del odio, estamos en una junta de una importante agencia de cooperación internacional, la joven y recién egresada Liz hace una referencia a cómo se debe ejecutar la metodología en coherencia con el marco teórico de la investigación, la gente escucha. Luego de 10 minutos, el chico o la hembra alfa repiten exactamente la misma idea y el jefe aplaude la maravillosa epifanía metodológica del colega. -Te odio-
La indignación. Estás en una reunión del movimiento social y haces una observación, el moderador cuando recoge dice - como dijo pepito- ¡pero si pepito no dijo una mierda de eso! sí, fuiste tu, pero eres un punto ciego. Otra forma, el mismo moderador te hace preguntas sobre lo que piensas, pero una vez vas a comenzar a hablar, cambia el tema, te pisa la voz o habla con la persona del lado. -que te den-
* La estrategia lanza piropos, endulza la oreja y venceras
Aquí vemos a Liz al frente de un poderoso investigador que la presenta como la promesa de la sociología en Colombia, te ha prometido escribir con él un libro, llevarte a trabajar en Beirut y hacer una sociología liberadora. Ese mismo día en el que comienza la apertura del equipo, te pide si puedes hacer la relatoría, si le puedes decir a la secretaría que les traiga unos cafés, que si puedes ayudarle con las copias y todo eso lo están viendo tus colegas hombres. ¡Tan divina! dice. Sí, pasaste de investigadora top a la asistente y no sólo de él, de todos.
* La estrategia del colchón.
Ahí está nuestro macho alfa guapísimo, el patrón, el chacho, el canchero y el montador. Tiene un sentido del humor increíble, está formado políticamente, tiene por decirlo así una cara linda de che Guevara Pos moderno y puedes trasladarlo al jefe que parece un Brad Pitt de las finanzas. Tu eres su competencia, eres guapa, inteligente y tienes capacidad de persuasión, no importa que no te den la palabra, tu hablas, así tengas que levantarte en la mitad de la clase, no importa que no te escuchen porque de nuevo, corriges -eso no lo dijo pepito, lo dije yo-, eres de las que no come cuento de piropos y cuando te mandan a sacar fotocopias dices dulcemente - Andresito, ¿tu puedes hacerlo?- mirando al otro investigador.
Posibilidad 1: Pero tienes un punto débil, te gusta el duro, te acuestas con el duro, el duro te manipula y hasta ahí llegaste, de ahí para adelante él tendrá una aliada que contra viento y marea lo cuidará.
Posibilidad dos: Pero no te acuestas con él, prepárate como le ha tocado a Liz en más de tres ocasiones, morder la tierra y pasar al anonimato o al club de las histéricas, feminazis, locas y depresivas. Así es la vida.
*La estrategia de Ulises
Todo eso lo has superado, el jefe, profe, etc. no te coquetea, ni te invisibiliza, sólo y como la otra te ha prometido que un proyecto increíble saldrá para ti pero que es cuestión de espera. Eres la penélope de la oficina, mientras tanto haces lo que sea por no irritarle y eres una good girl que hace bien las tareas. Él no necesita hacer nada más que decirte que ya casi y en medio de los ya casi, ves a todos tus colegas terminar proyectos, escribir libros y hacer conferencias -trasládalo al medio que quieras- pero poco a poco ves que de investigadora te has convertido en la secretaria bilingüe del señor, pero además le has entregado un montón de papers tuyos inéditos. Luego verás el simposio y el libro con el nombre de tu tema porque te lo ha robado ¿pero quién te creerá? él es un top, tu eres su discípula, querida Penélope, él es el protagonista de este viaje.
*La estrategia de no pasa nada
Liz, herencia santandereana que se activa con un click que se llama injusticia. Ojos desorbitados, mejillas sonrojadas y un ligero cambio de entonación con subida de volumen -usted a mi me respeta- digo mientras uno de los hombres enciende su estrategia contra mujeres y él me responde -tan divina- o -así es que me gustan bravitas- o -jajajajaaja que chistosa eres de mal genio- después te harán bromas sobre tu feminismo, lo harán burlándose del lenguaje incluyente y todos reirán.
La trivialización de la lucha femenina es lo más triste que puede haber en la historia. No puedo decir nada más sobre esto.
Poco a poco te irás convirtiendo en una "muchas gracias" todos admiraran tu capacidad para gestionar salones, servir tintos, contener las rabias del jefe, ser su acompañante de rumba, su mano derecha. Te darás cuenta entonces que jamás nos emancipamos, sólo trasladaron lo que hacíamos en el hogar a la vida cotidiana. Su mente no está viendo los siglos de feminismo y la revolución de la píldora, no están viendo adelante suyo a una mujer, sino a un remedo, un simulacro de sujeto que en su cabeza sigue estando debajo de ellos. Ahora bien cuidado, algunas de las mujeres alfa también lo hacen, porque no hay manera de permanecer donde están si no en la perturbadora masculinización de sus oficios.
Siempre tengo que hacer la salvedad de que no todos los hombres y los espacios laborales, políticos son iguales. Tantos hombres me han escuchado y visibilizado que por eso mismo puedo identificar lo que no me gusta, porque se que un jefe respetuoso y camarada es posible, porque he visto profesores que me han dado la palabra de primeras y que han reconocido mi nombre en los libros y proyectos. También he investigado con otros que incluso me han dicho, lidera que a mí no se me da, hombres brillantes que me han dejado coordinar solo con el pretexto de formarme y lo han hecho dulcemente.
Mi mamá afortunadamente siempre se tomó la palabra y me enseñó a hacerlo, también me di cuenta que la creación era un espacio donde podía contar lo que le molestaba... ¡que tal hubiera tenido un blog!.
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