Pare de sufrir: Sobre celos y boicots
Esas incontrolables ansias asesinas, ese espíritu de sherlock Holmes que vive en los corazones de todos los humanos, esa inevitable gana de agarrar con ambas manos al implicado, ese vacío, esas ganas de llorar, ese abismo inenarrable, esa violencia que sentimos cuando vamos a perder a quién amamos, ese delirio por descifrar lenguajes crípticos en palabras, gestos, miradas.Esa voluntad de dominar, poseer y consumir. Esos planes de venganza y retaliación, de castigo frente a la subordinación, esa falta de ánimo para otra cosa que no sea saber la verdad, la verdad nada más que la verdad. Ese miedo al abandono, esos celos, los rastreros celos.
Me pregunto si lo que hay en esas almas perturbadas es una dominatrix en potencia que no quiere sino servidores para su pequeño reino o muchachitas heridas, perdidas, azotadas. ¿son los celos una expresión del afán por dominar o son la cara oculta de la fragilidad humana y del amor romántico? He tenido uno que otro novio que me vendió la trampa del poliamor y dónde yo quedé como la esponja de lavar el baño, medio rota, medio achilada, medio llena de mierda. He tenido una que otra pareja que me controlaba qué ropa ponerme, con quién hablar y que me hackeaba todas las contraseñas del entonces starmedia y del messenger. Recuerdo que al final la contraseña que puse fue: eresunmalditohp.
El tiempo me hizo una medusa celotípica, muchos son los factores sobre por qué una mujer termina siendo celosa. Supongamos que como la cultura latinoamericana ha enseñado a los hombres a ser más machos a partir de la conquista de vaginas de todos los tipos, uno termine resignándose a que si está con un hombre, un hermoso par de cachos de venado llegará a adornar su hermosa cabecita, pero además si el hombre es digamos ese nuevo masculino alejado de las malas prácticas del patriarcalismo, puede ser que alegue su ser libertario, su necesidad de autonomía y quizás nos pondrá una que otra canción de Sabina, como dice una amiga, de esas que despiertan sentimientos auto - indulgentes. Puede ser que el ladrón juzgue por su condición y como las mujeres tampoco somos un santoral de bellos caracteres, pues estemos proyectando las ganas irracionales de follarnos a su mejor amigo o a nuestro compañero de trabajo. Una última hipótesis que leí fue sobre la posibilidad de ser un homosexual reprimido o reprimida que ve en la rival el objeto de su deseo.
Todo eso puede ser, pero en general y después de escuchar a muchas de mis amigas, he concluido que mis celos, provienen de un oscuro elemento que crece como una mandrágora palpitante en algún lugar de mi psique. Ese alien que me come las entrañas cada vez que el chico utiliza lindos adjetivos para referirse a sus amigas, cada vez que alguna pone incansablemente me gusta en todas las publicaciones del facebook. ¿Es me gusta o me gustas?, esa compulsión a ver cuál fue la última vez que él se metió al whats app, ese perfecto análisis de patrones de comportamiento en los twitter o facebook, buscando la evidencia de que alguna intenta acabar con ese amor puro y telenovelesco, quitarle a uno ese príncipe azul que llegó en un caballo, ese poshumano -diría un amigo- que es imposible volverse a topar en el camino.
Ya me ha pasado una que otra vez que el poshumano deja abierto su facebook en mi laptop y entonces uno piensa por encima de tres, cuatro, cinco segundos si entra o no. Para algunas amigas la cosa no tiene ni que pensarse -recuerden la tendencia masculina a conquistar montes de venus- en un segundo están aplicando todas las técnicas de la investigación criminal para determinar culpables o inocentes. Otras como yo, llaman a la mejor amiga, preguntan al iching.net y luego de unos minutos entran al maravilloso mundo de la intimidad del otro. Un abanico de dolores deviene después de semejante locura. Recuerdo que una amiga lo llevo a un nivel superior con un software espía, tuve que ver su corazón progresivamente achicharrarse cuando nos dimos cuenta no de una, ni dos, sino casi tres amantes. Una vez más el alien que habita el corazón maltrecho se alimenta de esas verdades, acaba perdiendo la inocencia, acaba uno volviéndose un perro al que han pateado con gritos durante años, acabamos mostrando el colmillo.
Cualquiera diría que estoy pintando el lado víctima de las celotípicas pero no es así, se necesita tener un poco de perturbación para meterse en el facebook y al móvil del otro pero también el caleidoscopio de las violencias nos enseñará que perpetradores y víctimas son como un fango, una zona de grises. Ahí está la mujer engañada, que también a partir del control ejerce violencia contra el hombre o viceversa, eso sí en los casos de viceversa sabemos por cifras que los celos de ellos, casi siempre en una manera delirante terminan en ponerle a uno el ojo negro o clavarlo en la tumba. Ese alien de los celos reside sin embargo en los más recónditos sentimientos de inseguridad, traición y abandono, en la incapacidad de ver en el espejo las cosas como son: muchachitas y muchachitos normales.
Quiero decir con esto como lo dije por allá abajo en otro sangrado post, que nos hace falta mucho trabajo en amar con desapego, no desde el poliamor, a estos los respeto y además admiro porque no lo logré, sino desde la posibilidad de amarse tanto a sí misma como para que una compañera o una amiga, o una otra no represente una amenaza. A mi me han puesto en la friendzone varias veces y yo he puesto también a uno que otro en la silla del amigo, mi mejor amigo, pero es posible volver a la hipótesis que en el amor como en la vida todo se mueve por decisiones, y que si él decide estar con otro u otra, uno tiene que tener la valentía de dejar ir. Otro milagro del amor es simple, uno no puede estar con alguien con quien no se sienta a gusto y tranquilo, si lo que uno siente es un mar de emociones oscuras porque así lee al otro, o se paga la terapia, o se entera que no es la pareja que uno necesita.
Deberíamos en nuestras insurrecciones cotidianas matar al triángulo amoroso como eje del amor romántico, deberíamos hacer telenovelas que dejen de mostrar los celos como una expresión del amor, deberíamos aprender a agarrar esa mandrágora, ese alíen y extirparlo de las vísceras con canciones y afectos, decirle -vete cosa amorfa, lo que yo quiero tener ahí es un lugar claroscuro, listo para dar y para confiar- lo que uno finalmente debería hacer es un conjuro, prometerse no volver a abrir los facebook, correos y móviles, prometerse actuar de manera ética y dejar de boicotiarse la felicidad. Proponer una nueva manera de relacionarse donde se cuestione el poder que queremos tener sobre el otro y el afán de volver una propiedad privada a quienes amamos y con quienes convivimos. Ya si alguna quiere ser dominatrix, que lo deje a las perversiones delicadas de la cama. Muy bien... ahora, el cura predica pero no aplica, cuando lo logre, les juro que hago una fiesta y me pongo a cantar heavy metal dulzón sin sentirme identificada.
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