Una Habitación Propia

 momento egcéntrico en la habitación propia


Batallo, esto no es fácil. Me cuesta más de lo que pensaba dormir sola, no porque dormir sola no sea el paraiso without ronquidos, patadas y calores, sino porque era un buen inductor de sueño para este síndrome de orfandad y este persistente temor a los fantasmas y aparecidos. Un apartamento de soltera como el mío tiene un tiempo distinto, es la eternización del presente y la nostalgia del pasado que me ata a mi alfombra y a mi cama, no me deja levantarme y entonces pienso que soy algo así como una nube: gaseosa, eterea, áerea y sin ninún aterrizaje mayor a un evento desastroso que me transforme en neblina o en remedo de nube, así estoy yo un poco digamoslo con franqueza: apachurrada. 

Pero y entonces aparece esa Santa Liz, sensata, mujer trabajadora que se empeña en hacerlo todo eficaz, efectivo y hermoso, se me sienta en la esquinita de la cama y me dice: vamos niñata, el mundo para las duras. Yo me levanto a quejidos, aveces entre vómitos, otros entre pesadillas, e incluso entre sueños eróticos con desconocidos vistos en alguna valla de Austria o de Portugal. Doy un, dos, tres pasitos y estoy en el baño estirándome como un reptil de tierra caliente, como una iguana solitaria en el camino arenoso y lleno de alucinaciones. 

Vivo. Es verdad que uno no se muere de amor, comprobado por enésima vez, pero uno si se siente con ese desorden hormonal de perder los maravillosos niveles de serotonina y la cara de pendeja recién amada, uno siente que se le viene ese Spleen del que hablaba Baudelaire, esa manía recalcitrante de volver al melodrama de telenovela, esa profunda colombianidad, esa rabia inclemente. Pero logra uno salir a la calle hasta con la cara pintorreteada y la jeta color carmín. 

Un taxista hace unos días me dijo ¿por qué se casó? le respondí - por bruta- y así me quedé pensando en esas incoherencias con las cuales se deleitan las detractoras y los mala ondas - allá va la feminista que le quedó grande vivir sola...- ay santa remedios la bella, quiero verlos con el corazón partío, con el amor de sus vidas que los manda a freir espárragos, con la mejor amiga retozando con su antes novio y ahora ex, quiero verlos ante la traición, ante la pérdida, ante la frustración. Que una es feminista pero no es de palo.

Me enfermo. De verdad que la libertad es un principio poco codiciado y además a uno le enseñan cualquier mentira menos lo que de verdad significa ser libre. Dice mi maravillosa madre -mi hija fue libre, estudió lo que quiso y además siempre ha hecho lo que le da la gana- y eso es verdad, pero en ese "lo que le da la gana" hay mucha trampa, porque generalmente las mujeres somos movidas por todo menos por lo que en realidad queremos. 

Aquí estoy como un líquen creciendo medio baboso en este piso blanco y prístino. Estoy en la construcción de una habitación propia, para hacer lo que de verdad he querido en la vida. Sin embargo para eso necesito una dosis considerable de berraquera, es decir de valentía y de templanza y hay días que los paso cantando en calzoncitos, leyendo a García Márquez, revisando mi trabajo mientras abro los ojos sorprendida por el mundo y lo que afuera he visto y escuchado y olido y tocado y me acuesto finalmente con un té y digo - bueno, si que tiene su magia, su suin, su mambo vivir sola- y me estiro egoista en toda la cama y espero que la noche me bese y yo la beso a ella  ¿y los fantasmas? aún falta un exorcismo feroz, un santero, una limpia para matar el último de los fantasmas, para mi que se llama miedo.

Comments

Anonymous said…
Espejos en un charco





Soy de aquí, de los que sobrevivieron

soy de aquí. . .

yo soy esa esquina chiquita bonita bendita,

de los que nunca se fueron

Alberto Martinez





En los barrios ricos no existen casas de empeño,

En los barrios pobres no hay campos de golf,

En los barrios ricos las esquinas no huelen a pan y plomo,

En los barrios pobres las sobras nunca van a la caneca,

En los barrios ricos los perros pasean gente,

En los barrios pobres los perros son los dueños de la calle,

En los barrios ricos las cámaras buscan gente de barrios pobres

siempre sospechosos,

En los barrios pobres los televisores muestran gentes de barrios ricos siempre apuestos,

En los barrios ricos la comida esta en latas,

En los barrios pobres las personas se acomodan como pueden en ranchos,

En los barrios ricos son todos inocentes hasta que el dinero alcance,

En los barrios pobres todos culpables de la cuna a la tumba,

En los barrios ricos no hay zapatos trapecistas hijos de niños descalzos,

En los barrios pobres suena fuerte la música,

En los barrios ricos hay muchos espejos y pocos charcos,

En los barrios pobres hay muchas rejas y muchos espantos,

En los barrios ricos Dios es politeísta,

En los barrios pobres Dios es egoísta,

En los barrios ricos existen muchos centros comerciales

llenos de empleados de barrios pobres

En los barrios pobres hay muchas peluquerías

llenas de revistas con peinados de gentes de barrios ricos,

En los barrios ricos hay salas de cirugía estética,

En los barrios pobres nunca faltaran parteras y salas de velación,

En los barrios ricos apuestan el futuro

de las gentes pobres en la bolsa,

En los barrios pobres las gentes apuestan loterías

creadas por gentes ricas,

En los barrios ricos viven niños solitarios

En los barrios pobres también.


J



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