PaM y Dani 1



Cuéntame cuántas estrellas hay en el cielo y luego vamos a hacer grafittis en los muros vírgenes, que te parece si después nos comemos una pizza en el carrito y vamos donde Johanna y ponemos esas canciones viejas de salsa que tanto nos gustan, le dice Pam a Daniel Plate y él afinando su guitarra le dice que mejor se canten una canción de esas bonitas que suenan en la Universidad Pública. Pam le besa la frente, imagínate que somos nosotros tu y yo para siempre que no eres de otro y luego le pide esa canción triste que le suena tan linda pero que la hace llorar.

Daniel Plate, virtuoso de la guitarra, comienza los arpegios y a Pam se le salen las lágrimas tímidas, vivo en un país libre... y soy feliz porque soy gigante, se muerde una mano - mala costumbre de la Pam- se muerde la punta de la manga - por eso tiene un hueco deshilachado y meloso. Pam no sabe porque llora, en algún lugar de su código genético vive una nostalgia por las causas perdidas, siente esa emoción extraña que le invade la panza. Solo porque Daniel Plate es el mejor guitarrista de Mandalay, le besa la frente y la boca y también el cuello y le pide que no deje de tocar, lo besa tanto que se le olvida que tiene pies, Pam es una boca salada que sigue besando a Dani Plate y él no se separa de la guitarra, es de ella, de ella también es el brazalete en clave de sol que guarda debajo de su almohada.

Mientras Dani Plate termina, Pam le besa las manos y lo mira sonriendo, Pam ojos de conejo y dientes de leche, le dice que es momento del grafitti, de la pizza y de la canción en la rockola y Dani que no sabe otra cosa que adorarla, le toma la mano mientras sostiene la guitarra. Ay Pam, and you wil be my fill, Ay Dani, sonríe la Pam y arruga su nariz, just play the guitar for me y Dani la sigue besando mientras camina con su guitarra en la mano.


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