Lucrecia: las inundaciones

Lucrecia se cansó de la mala literatura. Hizo un té de esos que levantan y se secó el sudor frío que le produjo tanta rabia. Se dio cuenta que su casa estaba inundada, que ya no caminaba sino que flotaba por entre las siete habitaciones, pero además no respiraba, como un pez, sobrevivía adentro del agua. Las cosas por el contrario no flotaban, sino que permanecían intactas, a los ojos tierra de Lucrecia nada había cambiado, simplemente las cosas habían conseguido ese caracter de toda su vida, es decir que su propia vida sumergida y estancada no cambiaba, más bien ella flotaba como un recuerdo, una memoria perdida o simplemente como flota alguna materia humana. Lo que antes era verde ahora era azul. Decía un viejo libro en inglés que el azul es malo para la salud, que provoca serias depresiones y dolores de alma. Pero el azul de Lucrecia no era malsano, en su opinión de no ser por ese azul y las cosas intactas y el agua y su vestido que ahora formaba unas figuras maravillosamente poét...