Pam: Las matemáticas y los rich boys

Pam se detuvo largo rato mirando los ojos de ese chico, mordía compulsivamente un chicle, ay nadie hubiera querido ser ese chicle en ese momento porque ella se quedó así detenida, sosteniendo el chicle, atrapándolo entre los molares, como si los ojos del chico se le estuvieran tragando el cerebro. Él por el contrario había puesto su mentón en la curvita de su guitarra y esperaba a que Pam comenzara a cantar. Pero ella únicamente estaba perdida en la perfección del chico, que incluso a ella le parecía que era más suave que las niñas que olían a baby soft y que frecuentaban las peluquerías. -A usted lo criaron con leche klim ¿no? - lo interrumpió Pam, pero entonces él le sonrío y movió la cabeza como quien dice -no, no, no, no- y ella extendió la mano y le acarició el pelo, que ahora le parecía de puro comercial. Él le pidió que improvisará algo en un blues de esos que lastiman, pero Pam se dio cuenta que ambos temblaban cada vez que le pasaba la mano. Un blues y un rock a...