Telenovela

Roberto Rubalcava Photography Cuando Camilo pinta no piensa, dice él que sólo siente, unas veces el calor del sol de la tarde o la música de Hauschka o esas heladas que se cuelan por entre el apartamento sin calefacción, al pie de un cerro viejo pero verde y vivo, cerca de las calles empedradas que antaño construyeron los viajeros conquistadores, los que llegaron desde la península. Pero Camilo no es ese tipo de artista, pinta porque le da la gana, pero en realidad la magia que hace, el trazo que se lleva su nombre es una cámara fotográfica y una de vídeo. Le hubiera gustado ser pianista, le hubiera gustado conocer a Isabel. Cuando Isabel baila lo hace imaginando que teje con sus pies y con sus manos movimientos que dan vida a seres míticos, digámoslo así, seres que sólo existen en la cabeza isabelina, animales inventados, plantas con problemas de amor y a Isabel le gusta que su cuerpo crea que está dentro del mar, porque es el único sitio donde se siente segura. Isabel imagina a Cami...