Verónica

michelle phillips by the mamas and the papas En el salón brillaban las luces de múltiples colores, sonaba un rock and roll de esos en donde las parejas bailan y se besan apasionadamente. En la tarde Verónica había arreglado su pelo y había delineado sus ojos verdes que parecían dos islas solitarias y perdidas, cuando entró al salón pudo ver la guitarra y sintió la brisa del mar que le acarició la cintura aquel atardecer de 1976. No había pareja para Verónica esa noche, sólo los arpegios de Los Rebeldes cantando Bajo la Luz de la Luna. Las lágrimas no dejaron ver las islas, el pelo rubio comenzó a verse más opaco y Verónica acepto un whisky y otro y otro, mientras las parejas se besaban en medio de las pepitas multicolores de la noche, brindó por la vida y juró empezar de nuevo, no salió en las fotos, tampoco en el anuario, tampoco en la página social junto a las señoritas que se graduaban. Su corazón - porque el corazón duele cuando se lo parten a una - se le hinchó como una ciruela ma...