Pam: las soledades de la tarde

Es esa hora cuando todos comienzan a hablar más lento de lo acostumbrado y a todas las chicas se les ve el peinado un poco más caído, como de medio lado y hecho una maraña sin sentido. Hora de eternos bostezos cuando el reloj no anda y Pam se mira las manos y luego el reloj y luego las manos y luego el reloj y luego las manos y luego el reloj. Tic toc tic tac toc tic dice Pam en su cabeza mientras el tablero, es una hoja blanca llena de pulgas otra vez sin sentido. Es media tarde hora de salir a buscar el sol cobre. Pam como siempre tres chicles de fresa y cinco cuadras hacia el autobús. El último año de colegio ha logrado que su padre la saque de la ruta escolar y se va caminando buscando en el comercio algo interesante que la saque de la rutina. El blazer se amarra en la cintura, las mangas de la camisa suben hasta el codo, se bajan las miles de manillas de colores, se pone el labial rojo y los lentes de sol. Bogotá 1997. La falda de cuadros está un poco más arri...