Las lluvias de otoño

En Barcelona antes no llovía, dijo Lucrecia, separándose el pelo de la cara que le ponía la corriente de aire de otoño. Sabes Liz que he conseguido una nueva amiga, se llama Margarita y conoce unas historias impresionantes que luego te contaré, me dice mientras me pide leche con brandy. Lucrecia, ¿sabías que uno de los cuentos peregrinos de García Márquez se desarrolla aquí cerca a Ana Piferrer? Habla sobre la época dura de Franco y de un cementerio cerca a Lesseps, me emocioné al saber que estamos desandando pasos de otros, ¿te imaginas cuántos poetas habrán pisado estas calles barcelonesas como nosotras las pisamos ahora? Anoche terminamos en Gracia tomándonos una cerveza, dos cervezas. Nos sentamos en el piso como cuando íbamos a la Universidad. Hablamos de muchas cosas, intentamos traducirle a Vitor un amigo brasilero la nostalgia y el arraigo a Colombia, estábamos con Mónica y con Támara una mujer que se ríe con los ojos y con la nariz. Hacía frío por eso ahora sólo quiero ver...